Otro día ¡Nos vamos de ruta! Nos despertamos a las 7:30 para estar en la estación del Norte de Valencia a las 8:30. Madre mía, como se nota que es navidad, estaba todo adornado: árboles, renos, un montón de luces y guirnaldas colgantes. Llegó nuestro tren sobre las 8 menos diez, lo cogimos y estuvimos casi 2 horas de viaje. Al acabar esas 2 horas, llegamos a la última parada, Jérica Viver. Nada más bajar, una ráfaga de viento helado penetró en nuestras caras. Fuimos andando hasta llegar debajo de un puente, orientamos los mapas y, una vez averiguada la dirección, pusimos rumbo a un merendero. Allí almorzamos un almuerzo traído de casa. Seguimos andando por la preciosa Vía Verde de ojos Negros.

¡Madre mía que cansancio ¡

Pero seguíamos andando, andando y andando y siempre averiguando los caminos por los que teníamos que ir por patrulla.

¡La naturaleza es preciosa!

Tras andar un largo camino llegamos al salto de la novia. Hacía un frío tremendo, como hacía viento y el salto de la novia era una cascada, el viento arrastraba el agua. Pero resistimos. Al llegar, no sabíamos dónde comer y decidimos comer situados al lado de la preciosa cascada. Donde una novia se murió saltando, por eso tiene ese nombre. Yo creo que comimos en el sitio más frío. Cuando todos terminamos de comer subimos por 2 grupos a un mirador, se veía todo, los escalones estaban todos llenos de barro y las piedras eran resbaladizas. Al finalizar esta visita al mirador, Xema nos llevó por un camino de subida mientras, estábamos ideando un grito que salía en un anuncio, pero cambiándole las palabras. Cuando estábamos en la cima, grabamos nuestro estupendo grito, que tanto nos había gustado. El final de nuestra ruta llegó cuando llegamos a nuestra parada del tren, el tren se retrasó un poco.

¡Qué bien se estaba dentro ya que fuera hacía mucho viento y frío!

Llegamos a Valencia y cada uno se fue a su casa.

¡Jérica es precioso (y frío)!

¡Nos vemos dentro de 2 semanas!